MIGUELI: "Resucitó"
"Su vida dió"
"El nino de sal"
El muñeco de sal Anthony de Mello, S.J.,
Érase una vez un muñeco de sal. Había andado mucho por cálidas tierras y
áridos
desiertos. Un día llegó a la orilla del mar. Nunca había visto el mar; por
eso no acertaba a comprenderlo.
- «¿Quién eres?», preguntó el muñeco.
- «Yo soy el mar», respondió éste.
- «Pero... ¿qué es el mar?», volvió a insistir el muñeco de sal.
- «Yo», respondió el mar.
- « No entiendo», musitó tristemente el muñeco.
Luego añadió:
- «Me gustaría mucho comprenderte. ¿Qué he de hacer?».
- «Es muy sencillo: tócame», le contestó el mar.
Y tímidamente el muñeco de sal tocó el mar con la punta de los dedos de los
pies. Comenzaba a comprender el misterio del mar..
Pero de improviso se asustó al darse cuenta de que las puntas de sus pies
habían desaparecido.
- «Mar, ¿qué me hiciste?», preguntó llorando el muñeco de sal.
- «Me has dado algo para poder comprenderme», contestó sencillamente el
mar.
El muñeco de sal se quedó largo tiempo pensativo... Luego comenzó a
deslizarse lenta y suavemente en el mar, como quien fuera a realizar el acto
más importante de su vida de peregrino. A medida que entraba en el agua, se iba
deshaciendo, diluyendo... poco a poco...
Al tiempo que seguía preguntándose:
- «¿Qué es el mar, qué es el mar?»...
Hasta que una ola lo absorbió por entero. En ese momento final, el muñeco
de sal hizo suya la respuesta del mar:
- «Soy yo. Yo soy el mar».
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